Un paisaje de otoño, batas de escolares corriendo por los pasillos, lápices de colores, hojas de papel por el suelo, muñecas sin vestido, piezas de madera en una mesa, unos cuentos con grandes dibujos, mil rallas en la pizarra, una cocinita, témperas en un rincón, un peluche desmelenado junto a un ordenador… ¿Un ordenador…? Y, ¿por qué no? Hace unos meses, con algunos compañeros, mientras compartíamos opiniones sobre un grupo de CD-ROM que teníamos encima de la mesa, una profesora de infantil se exclamó de repente ante uno de ellos que anunciaba ir dirigido a niños a partir…