Una de las clásicas aspiraciones del profesorado de ciencias experimentales ha sido que el conocimiento elaborado en las aulas sea útil al alumnado fuera de ellas. Y una de las estrategias más utilizadas consiste en llevar al aula los problemas o situaciones derivados de las propias experiencias del alumnado que se relacionan con los contenidos que se imparten. Qué duda cabe de que, en este sentido, los análisis de sangre y de orina pueden proporcionar al profesorado un instrumento alrededor del cual pueda estructurar un conjunto de actividades didácticas.