Para aprender es necesario contrastar aquello que uno ya sabe con las aportaciones y estímulos que provienen del entorno. Recibimos un sinfín de estímulos externos que actúan sobre nuestro conocimiento y modifican nuestra manera de pensar y de actuar. Facilitar el aprendizaje significa potenciar este contraste, permitir una dialéctica interna que dé sentido y coherencia a los objetos, símbolos y situaciones que recibimos del exterior.