Es evidente que entre las quejas que más pueden oírse por parte de los enseñantes está la falta de atención (la huida) y la indisciplina (el ataque) del alumnado, reacción directa o indirecta contra las normas de la escuela. Si, como parece, tales respuestas tienen cierto origen en el miedo, deberíamos cuestionarnos a qué angustias y a qué miedos deben enfrentarse nuestros alumnos y plantearnos, en consecuencia, nuestros objetivos y nuestra actuación (Salzberger-Wittenberg,1983). No es pretensión de este breve artículo plantear respuestas a esta pregunta, pero sí señalar su ex…