Los significados que habitualmente atribuimos a disciplina y autoridad (término que, por causas de carácter cultural e histórico, se vincula casi de forma automática al primero) contrastan de forma paradójica con su sentido etimológico. Disciplina proviene de un compuesto de otras dos palabras que remiten a la noción de enseñanza de los niños, de ahí que las materias de enseñanza sean disciplinas. Autoridad, a su vez, significaba la acción de “”hacer crecer””, es decir, ilustraba sobre una modalidad de educar. Así pues, en este texto seguiremos el hilo del conocimiento clásico…