1. Investigación-acción en la enseñanza secundaria. Experiencia autoformativa en la clase de ética
2. El asesor en la escuela: una mirada interpretativa a la construccción de su rol como formador del profesorado
3. Un estudio de casos sobre el crecimiento personal del profesorado
4. Una investigación sobre la evaluación dialógica en la educación de personas adultas
5. ¿Cómo plantear un proceso de investigación-formación en el que participan distintas culturas?
Epílogo
La educación y la enseñanza, como prácticas sociales imprescindibles para el progreso de la humanidad, requieren, por un lado, un proceso de investigación constante y por otro lado, que el conocimiento generado sea analizado y compartido mediante la formación de sus protagonistas activos. Los procesos de investigación pueden desarrollar en los profesores y profesoras «habilidades investigadoras»: identificar cuestiones o problemas, evaluar distintas fuentes de información, recoger más información o diseñar nuevas modalidades de enseñanza, interpretar información ya disponible, y comunicar los hallazgos a las partes directamente implicadas o lo que es lo mismo, potenciar su (auto)formación.
La educación y la enseñanza, como prácticas sociales imprescindibles para el progreso de la humanidad, requieren, por un lado, un proceso de investigación constante y por otro lado, que el conocimiento generado sea analizado y compartido mediante la formación de sus protagonistas activos. Los procesos de investigación pueden desarrollar en los profesores y profesoras «habilidades investigadoras»: identificar cuestiones o problemas, evaluar distintas fuentes de información, recoger más información o diseñar nuevas modalidades de enseñanza, interpretar información ya disponible, y comunicar los hallazgos a las partes directamente implicadas o lo que es lo mismo, potenciar su (auto)formación.
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Resumen
La educación y la enseñanza, como prácticas sociales imprescindibles para el progreso de la humanidad, requieren, por un lado, un proceso de investigación constante y por otro lado, que el conocimiento generado sea analizado y compartido mediante la formación de sus protagonistas activos. Los procesos de investigación pueden desarrollar en los profesores y profesoras «habilidades investigadoras»: identificar cuestiones o problemas, evaluar distintas fuentes de información, recoger más información o diseñar nuevas modalidades de enseñanza, interpretar información ya disponible, y comunicar los hallazgos a las partes directamente implicadas o lo que es lo mismo, potenciar su (auto)formación.