Introducción. El significado de la actividad matemática escolar
La actividad matemática puede adquirir apariencias muy diversas en el día a día de las escuelas. A pesar de que todos y todas nos regimos por el mismo currículo oficial, cuando observamos aulas concretas podemos comprobar cómo, a veces, los mismos temas del currículo crean realidades distintas cuando se trabajan en las clases. ¿Se trata solo de un cambio de apariencias? ¿O se trata, por el contrario, de un cambio más profundo que hace que el currículo de algunas aulas sea radicalmente distinto al de otras? Este capítulo nos introduce en el significado de la actividad matemática escolar, y nos invita a comparar dos realidades escolares distintas que se presentan a modo de ejemplo para, finalmente, reflexionar acerca de los patrones que deben tener las experiencias matemáticas para que sean adecuadas.
Historia del grupo: nuestro viaje
La historia empieza con un grupo de maestros y maestras de Menorca que trabajan en el primer ciclo de primaria. Preocupados por su labor educativa, se reunieron hace unos años en un seminario al cual bautizaron con el nombre de «Repensar las matemáticas». En este capítulo se diferencian dos categorías distintas: la evolución de su trabajo, como docentes, en el aula, y el proceso seguido, como aprendices, en el marco del seminario.
Calcular es una acción social
¿Qué deben aprender nuestros alumnos y alumnas para ser capaces de calcular fluidamente y hacer estimaciones razonables? ¿Es suficiente con interiorizar algoritmos y tablas, o esta capacidad de calcular con sentido de la situación y con eficacia supone desarrollar y fundamentar procesos personales mucho más amplios que las puras habilidades? A partir de estos y otros interrogantes, este capítulo se centra en el cálculo, presentándolo como una actividad humana y social. Al respecto, los maestros y maestras deben intervenir en clase pensando en los procesos mentales del alumnado y en los entornos sociales que se crean en las aulas cuando se calcula en ellas.
Hablamos del mundo usando números
Los números sirven para calcular, es cierto. Pero ¿de dónde habremos sacado en la enseñanza la creencia de que solo sirven para calcular? Este capítulo aborda la importancia que tiene para las personas construir conocimientos a partir de los objetos y situaciones reales; la importancia que tienen los textos, que nos permiten reflejar nuestros argumentos y las realidades en las que nos basamos; y de la importancia del juego de voces y ecos del aula. En definitiva, el capítulo se centra en la regulación y equilibrio de estos tres ámbitos.
Usamos los números para convivir investigando sobre el mundo
Los proyectos nos permiten crear unos marcos para el aprendizaje que se basen en la interacción dialógica entre las personas, el sentido que tiene para ellas sus experiencias, las relaciones reales de las cosas y de la gente, y la riqueza que representa para todos y todas nuestra herencia cultural. Este capítulo recoge una serie de ejemplos sencillos en los que se pueden observar las potencialidades de significado que añaden las matemáticas a los procesos de descubrimiento y evaluación del progreso que son propios de la investigación en el aula.
La organización conceptual de la enseñanza |
Este capítulo presenta la organización conceptual de la enseñanza de las matemáticas que ha ido construyendo un grupo de maestros y maestras de Menorca que trabajan en el primer ciclo de primaria. La forma en que explican dicha organización conceptual de la enseñanza es una tematización del tipo de interacción que buscan con su alumnado y con los contenidos. Desde los más generales a los más concretos, todos los temas que se presentan son razones que han usado para construir su enseñanza, tomando decisiones en el día a día para que se pudieran crear en las aulas conexiones sutiles entre las personas y las matemáticas.
La evaluación de la vida matemática
Entender la «vida matemática» implica que los maestros y maestras sean capaces de mirar sus aulas y obtener información importante de ellas destinada a comprender su identidad social cuando se llevan a cabo «acciones matemáticas». Al respecto, en este capítulo consideramos qué supone la evaluación cuando intentamos entender la vida (matemática) en las aulas; cuando la miramos siendo conscientes de que estamos haciendo de observadores (y que, por tanto, se trata de un proceso creativo de escucha); cuando pensamos en todos aquellos colectivos que están directamente implicados en las experiencias que se viven en ellas: padres y madres, alumnos y alumnas, maestros y maestras.
Referencias bibliográficas
Al realizar acciones matemáticas no solamente hacemos, sino que también somos. Nos sentimos o no capaces, nos vivimos o no a nosotros mismos, nos sentimos fuertes o débiles delante del mundo, delante de los problemas, delante de la matemática. Al usar los números podemos comprender o no el mundo real y confiamos o no en nosotros mismos, en la coherencia de nuestros argumentos y en nuestras posibilidades de pensar, imaginar, inventar... sin miedo.
Por eso tenemos que repensar el aprendizaje de las matemáticas no sólo preocupados por el potencial matemático que adquieren cuando comprenden los números y el significado de las operaciones que hacen con ellos, si no también por el potencial global que adquieren como personas; personas capaces de pensar por ellas mismas en entornos complejos, sintiéndose capaces para tomar decisiones propias; personas capaces de usar fuentes de información y de elaborar y controlar estrategias de acuerdo con sus propósitos.
Al realizar acciones matemáticas no solamente hacemos, sino que también somos. Nos sentimos o no capaces, nos vivimos o no a nosotros mismos, nos sentimos fuertes o débiles delante del mundo, delante de los problemas, delante de la matemática. Al usar los números podemos comprender o no el mundo real y confiamos o no en nosotros mismos, en la coherencia de nuestros argumentos y en nuestras posibilidades de pensar, imaginar, inventar... sin miedo.
Por eso tenemos que repensar el aprendizaje de las matemáticas no sólo preocupados por el potencial matemático que adquieren cuando comprenden los números y el significado de las operaciones que hacen con ellos, si no también por el potencial global que adquieren como personas; personas capaces de pensar por ellas mismas en entornos complejos, sintiéndose capaces para tomar decisiones propias; personas capaces de usar fuentes de información y de elaborar y controlar estrategias de acuerdo con sus propósitos.