La música para la educación en valores

Educar musicalmente es educar en valores universales. Esta consideración impulsó, en 2010, la inclusión de la formación musical en el programa educativo preventivo del Polígono Industrial Don Bosco, para tratar de reducir los índices de violencia en la Comunidad Iberia (El Salvador). Para su preparación se partió de dos consideraciones principales: la importancia del trabajo colectivo y de la creatividad. El proceso educativo musical así planteado posibilitaba un trabajo muy específico de los valores del respeto y la tolerancia, al tiempo que se esperó que contribuyese a su asentamiento en la sociedad.

La música y el cine son elementos importantes en nuestras vidas. Nos ayudan a expresarnos, enriquecen nuestro intelecto y tienen un gran poder en la modulación de nuestras emociones. A través de ellos como ámbitos de educación se adquiere experiencia axiológica que permite decidir el proyecto de vida personal y tomar decisiones en el contexto en el que vivimos. En este trabajo aunamos música y cine para abordarlos como herramienta educativa (educación por las artes), comenzamos con las ideas fundamentales que sustentan el marco teórico y finalizamos con propuestas que pueden ser utilizadas en contextos educativos y con especial atención a la película El último concierto de Yaron Zilberman (EE.UU., 2012).

«Torrevieja Soundscapes» es un proyecto de composición de música contemporánea por ordenador en el que se integran el videoarte, una crítica a nuestra ciudad y la comunicación mediática. Teniendo como referencia los trabajos de Bill Fontana, Murray Schafer y Pierre Shaeffer, se trata de recomponer el paisaje sonoro de planos panorámicos de la ciudad mediante la grabación y la edición digital de células musicales que refuercen el mensaje del vídeo. El producto final es difundido mediante la plataforma multimedia mydocumenta.com.

El presente artículo ofrece una introducción al conocimiento de un programa pensado para la educación de alumnos de todas las edades en el campo de la programación informática, pero que, sin embargo, también puede dar pie a su utilización pedagógica en el área de educación musical, al permitir trabajar con aspectos esenciales de la música de una forma didáctica, combinando el desarrollo de diferentes competencias, entre ellas la artística y cultural, en concreto de la música, y la competencia tecnológica, educando en los fundamentos de la programación.

Llorenç Barber nació en 1948 en el pueblo de Aielo de Malferit en la Vall d’Albaida (Valencia) Detrás de su carácter amable y cercano se esconde un auténtico rebelde, un músico que hizo del sonar ciudades su instrumento. Es una persona cercana, llena de vitalidad y con un fuerte apego a la tierra. En su casa, «El cant del cantó», en La Canyada (Valencia) mientras transcurre la entrevista, un sinfín de sonidos atraviesan las palabras con cantos de grillos y ranas desde su jardín. Elementos sonoros con los que siempre cuenta a sus números intervenciones en el jardín y que ligan perfectamente con su filosofía del context-music. «El cant del cantó» es lugar de continuo trajín entre clases de música y encuentros sonoros de lo más diversos, pero lo que más sorprende cuando tienes la oportunidad de compartir el tiempo con él y su familia, es que no hay separación entre la vida y el arte.