El educador de la primera infancia ha de procurar anticiparse a lo que aún no existe pero existirá en el futuro, es decir, ha de ser competente para saber elaborar estrategias inmediatas y reaccionar ante situaciones imprevistas. Este capítulo trata sobre competencias y experiencias, sobre cómo educar la mente de los niños y las niñas y sobre el desarrollo de las actividades que deben programarse en la escuela infantil.