La formación de un intérprete es una tarea que requiere unas condiciones bastante especiales del individuo, que abarcan desde la habilidad manual hasta lo imaginación sonora y la capacidad de comunicación. La formación previa que debe recibir antes de iniciar estudios superiores tiene el cometido de prepararle en la perfecta asimilación del lenguaje musical, de sus distintos componentes, paralelamente a dotarle de una capacidad técnica progresiva y adecuada. La preparación para el arte de interpretar conlleva el interés y la preparación en muchos más aspectos de los que habitualmente ofrece…