Especial 30 + 1 años

Los planteamientos de la personalización del aprendizaje escolar pueden resultar inspiradores para afrontar los desafíos de la educación escolar en el marco de la nueva ecología del aprendizaje. Algunos de estos desafíos son desarrollar en el alumnado la competencia de aprender a aprender, promover la construcción de trayectorias personales de aprendizaje que potencien su desarrollo, y reducir las fuentes de desigualdad ante el aprendizaje.

En este artículo abordamos el potencial de la investigación en la elaboración de políticas más eficaces para la resolución de los problemas del sistema educativo. A partir de la ejemplificación de la confluencia de investigación y de políticas en Cataluña sobre la segregación escolar, la educación 0-3, el abandono escolar prematuro y la brecha de género identificamos los adelantos realizados por las políticas educativas según la evidencia existente, y señalamos el margen de mejora que todavía hay.

La evaluación del alumnado es, hoy en día, uno de los principales temas de debate en educación. A pesar de la necesidad imperativa de un cambio en la visión de la evaluación, en demasiados casos solo se centra en la calificación y en la ordenación del alumnado para la toma de decisiones. Frente a esta visión tradicional de la evaluación, es fundamental centrarnos en enfoques como la evaluación para el aprendizaje o la evaluación justa y avanzar, así, hacia una evaluación educativa útil, crítica y equitativa.

Los científicos hace tiempo que investigan cómo se produce el proceso de aprendizaje. Pero sus resultados siguen sin llegar a todas las aulas para contribuir a fundamentar la práctica educativa. Empecinado en que eso cambie, Héctor Ruiz escribió ¿Cómo aprendemos? (Editorial Graó) para acercar la ciencia del cómo aprendemos a la comunidad educativa. Tras el éxito en castellano, este mes de mayo se ha publicado su edición en catalán.

Nos gustaría poder recordar los miles de renglones escritos y leídos sobre educación en las últimas décadas, pero no es posible. Sí podemos afirmar que la gran mayoría eran inspiradores, y sí creemos recordar también que casi todos iban sobre la vida de los niños y niñas que recorren los pasillos de los centros y ocupan sus puestos en las aulas. Casi todos los renglones han hablado de los cómos y de mejoras, de metodologías emergentes y prácticas diferentes y arriesgadas; podemos afirmar que todas inspiradoras y sugerentes. Pero hoy, cuando hablamos entre la experiencia y los sueños, pensamos que se ha dicho poco sobre cómo se sienten los maestros y maestras que cada día hacen posible la escuela. Se ha dicho poco de su mundo interior, de sus expectativas, de sus frustraciones y de sus logros.

Estoy en un pasillo largo e iluminado. Sé a dónde quiero ir y a dónde quiero llevar mi centro. Pero no es fácil. Siento que como maestra y como defensora de la escuela pública y de calidad tengo un deber hacia ella. Yo vengo de ahí mismo. Fui en su día alumna de esa escuela que defiendo y por la que me levanto todos los días con ilusión. No es fácil.

Caminaba deprisa absorta en mis pensamientos. Pensaba sobre la inclusión. Siempre he pensado que no tendríamos que incluir si antes no hubiésemos segregado. Ponemos mucho el foco en incluir, pero es necesario ponerlo también en no segregar, y hablaríamos de cuidados, de convivencia, de respeto, de igualdad. ¡Qué importante es este tema! Tan ensimismada iba yo reflexionando que casi me doy de bruces con María y Ana, dos amigas que avanzaban por el pasillo.

Reflexionar sobre la formación inicial del maestro desde las instituciones universitarias es un trabajo que suele acabar acomodándose a la realidad estructural de estas instituciones. Desde las facultades de educación se suelen tomar decisiones que, si bien están muy justificadas científicamente, también es cierto que se hace necesario complementar esta visión teórico-práctica con la práctica pedagógica del día a día del maestro/a. Y para ello hay que dialogar con los docentes, escuchar su experiencia y trasladarla a las instituciones universitarias para poder encontrar el encaje con su complejidad.

Pensar en la escuela como un lugar de transformación para un bien común es un propósito totalmente legítimo, pero que va más allá de las posibilidades propias de los centros educativos. En este sentido, si el propósito es impulsar ciudadanos y ciudadanas más críticos, pacíficos, justos y sostenibles, es necesario transformar del todo el sentido mismo de la escuela y ampliarla «desde dentro» y «desde fuera».

Dentro de la celebración de un posgrado organizado por la UPV-EHU en torno a la figura del coordinador de Bienestar y Protección del alumnado, he sido invitado a ofrecer una charla para compartir mi punto de vista con el alumnado participante. Estaban presentes maestras, educadoras sociales, profesionales del ámbito sociocomunitario, psicosocial, etc., un grupo diverso y comprometido con la educación y con recorrido en convivencia. Entre las personas participantes se encontraba una maestra consultora, Iratxe Kareaga, con la que he compartido vivencias y experiencias de acompañamiento a alumnas y alumnos vulnerabilizados, experiencias duras pero a la vez altamente gratificantes a nivel humano y profesional.

La escena se produce en una cafetería del centro de la ciudad. Han recibido el encargo de elaborar un artículo para una revista pedagógica de referencia. El tema es la tecnología en la escuela con mirada de futuro. No saben ni por dónde empezar. Llegan los cafés. La conversación se anima. Fuera llueve y no hay ganas de salir. Tanto da quién es A o quién es B. También podrían ser 0 o 1.

¿Es un enigma? ¿Es un reto? ¿Lo podemos saber? ¿Podemos participar en él? La línea de la historia de la educación siempre va acompañada de cambios sociales, adaptaciones y muchos factores que al mismo tiempo que evolucionan e interactúan también provocan desequilibrios y piden flexibilidad y velocidad de actuación a la comunidad educativa. Prevenir el futuro de la educación es difícil, pero preguntar a los niños y a las niñas cómo se ven hoy y qué les gustaría para el mañana sí podemos hacerlo.

En este texto se pretende compartir las reflexiones, los comentarios y las ideas de las y los estudiantes de sexto A de educación primaria sobre la escuela, cómo aprenden o cómo les gustaría aprender, dónde prefieren hacerlo, los consejitos que les darían a las maestras y a los maestros, y cómo sería su escuela ideal.

Aquel martes por la mañana, el alumnado recibió por parte del tutor una noticia inesperada: la dirección de la revista educativa Aula invitaba a todo el alumnado de quinto de nuestra escuela a participar en el aniversario de la publicación mediante una carta que les dirigía personalmente. Leímos con mucha atención el contenido de la carta, en la que se animaba a reflexionar sobre el presente y el futuro de nuestro aprendizaje, y a trasladarles después nuestras opiniones y conclusiones en el formato que eligiéramos.

Hemos invitado a las personas directamente vinculadas a la revista, miembros del consejo asesor y coordinadores de secciones para que nos expliquen brevemente cómo se imaginan el futuro de la educación, teniendo en cuenta las necesidades de aprendizaje del alumnado y las necesidades de los docentes con una mirada puesta de aquí a 15-20 años. Compartimos sus aportaciones y reflexiones. ¿Te animas a participar?